3 mujeres nos cuentan sobre el amor propio en la maternidad

Irene Delponte, Natalia Jinchuk y Gabriella Rouiller nos cuentan las enseñanzas sobre amor propio que les dejaron sus mamás y todas las que aprendieron siéndolo.

La maternidad deseada puede suponer, muchas veces, un gran desafío. No solo por el hecho de criar a otro ser humano, sino también porque puede ser un momento de sanación y reencuentro con una misma para muchas mujeres.

Uno de los pilares importantes de la vida en los que una mamá puede influir en sus hijos es en su autoestima y amor propio. Cómo nos vemos a nosotros mismos es clave para nuestro desarrollo. 

Por eso, hoy hablamos con varias mamás para que nos cuenten cómo la maternidad fomentó su amor propio, cómo se los transmitió a ellas su propia madre y qué hacen para criar hijos con autoestimas fuertes.

Irene Delponte – Chef en Santé

Dice que lo mejor que hizo su madre para ayudarla en su autoestima fue enseñarle a ser mejor en todo: “No ‘mejor que’ sino mejor: persona, amiga, estudiante, profesional. Ella siempre fue así y me transmitió eso”.

Si bien en su vida tuvo varios momentos donde le costó tener la autoestima alta, pudo superarlos. La adolescencia en los 90, donde los cánones estéticos eran aún más crueles que ahora y estaba de moda la delgadez extrema, y vivirla con un cuerpo que no se ceñía a ese ideal. O el cuestionamiento a su propia imagen cuando fue mamá de su primer hijo: “Lo llevaba al parque cuando apenas gateaba y las madres o niñeras que había en el sector de juegos siempre me preguntaban si era la niñera o la tía de mi hijo. Entonces empecé a cuestionar mi estilo de vestir, me corté el pelo porque pensé que tal vez eso le daba más “formalidad” a mi look, empecé a sentir que no parecía una madre, que debía usar cierto tipo de ropa, de calzado, accesorios”. Al tiempo pudo volver a sentirse cómoda con su estilo, volviendo al aprendizaje de su mamá: “así como mi madre me decía que la belleza no pasaba por el exterior, el ser madre tampoco”.

En sus hijos intenta fomentar la autoestima no generando frustraciones: alegrarse por sus logros, manifestar interés por sus actividades, no obligarlos a hacer ciertas actividades porque otros niños las hacen. Además, evita todo tipo de comparaciones y los deja elegir (con límites, claro está) qué consumir. “Les hablo de bullying, les digo que está mal juzgar o fijarse en el físico o aspecto de alguien, intento hacerles entender que lo único feo es ser malo”.

Natalia Jinchuk – Directora Editorial de Couture

“Mi madre siempre me enseñó a quererme como era, a verme linda, a aceptarme con naturalidad. Ella es una mujer hermosa y elegantísima, que siempre se arregló pero realzando su propia belleza”. Lo más importante para Natalia fue que su madre no la “evangelizó”, pero sí le transmitió la importancia de tener seguridad en sí misma.

Y eso mismo es lo que trata de hacer con sus hijas: “les permito que se expresen y siempre, siempre, les repito lo hermosas que son y lo importante que es que se respeten y se cuiden”.

Por otra parte, considera que la maternidad muchas veces juega un papel importante en la autoestima de las mujeres: al saber que hay otra persona que depende de tus cuidados, disminuye el tiempo que tenés para vos. Además, los parámetros de cómo se ve a las madres también ha cambiado: “porque usualmente antes -y eso todavía prevalece un poco- la imagen de la madre era de esa señora prolija pero cuya presencia pasaba a un segundo plano. Hoy vamos por todo, vemos a las celebridades e influencers recuperar sus cuerpos en semanas…”. Menos tiempo y más exigencia para sentirse bien pueden generar frustraciones. Pero Natalia considera que a ella, junto con la maternidad le vino de la mano también la madurez: hay un ajuste de prioridades donde te ves y te querés de forma diferente, te aprecias. “Esa es la belleza real. Yo cumplo 40 este año y siento que estoy en un gran momento de mi vida”.

Gabriella Roullier – Fundadora de Flur Magazine

Para Gabriella, su mamá fue la piedra angular de su confianza y autoestima: “siempre me crió de una forma libre, me dejo que experimentara por mí misma todo, y que aprendiera en el proceso”. Madre muy estudiosa y trabajadora, gran ejemplo y también el pilar de una autoestima que le permite perseguir sus sueños y no tener miedo a fracasar, algo importantísimo en una emprendedora como ella.

Hoy en día, Gabriella está embarazada de su primer hijo, pasando por todos los cambios físicos y emocionales que eso conlleva. Si bien es un cambio paulatino con el paso de los meses, Gabriella hace hincapié en que “tenés que aprender a quererte y aceptarte con un cuerpo que no es el tuyo. Además, no solo los cambios se ven en el exterior, sino que dentro todos tus órganos también van moviéndose y podés experimentar dolores”. Pero al mismo tiempo, cree que es todo este proceso de aprendizaje el que te permite tener esa fuerte conexión con la personita que crece en la panza, y que eso es lo que genera el amor incondicional de madres a hijos.