Cómo sobrevivir a los comentarios “problemáticos” en la mesa Navideña

Hay un clásico de todas las Navidades y no, no estoy hablando de Nochebuena con las Estrellas. Estoy hablando de los comentarios problemáticos de algunos miembros de la familia en la mesa Navideña: sobre el físico de los demás, sobre la vida de los demás, comentarios racistas, homófobos, etc.

Puede que sea un momento difícil para vos, por eso te animo a tener en cuenta estos consejos para sortear el problema lo más fácil posible.

Poner límites…

Los límites son necesarios para que las relaciones funcionen saludablemente. Es algo que muchas veces (y especialmente las mujeres) nos olvidamos porque no queremos molestar, incomodar o generar un mal ambiente.

La realidad es que el comentario de la tía que te dice que estás más gorda, de la abuela que te insiste en que tengas hijos o el primo que hace chistes machistas ya de por sí molestan e incomodan, por ende… ¿por qué no ponerles un límite?

Para hacerlo no tenemos que ser descorteses, maleducados ni gritar. Por ejemplo, si te dicen algún comentario sobre lo gorda que estás y que no deberías comer, siempre podés decir “es de mala educación comentar sobre el cuerpo de los demás. Todos tenemos espejo y sabemos cómo es nuestro cuerpo, no necesitamos que los demás opinen”. Y listo. 

Si te cuesta porque el comentario te hiere, no lo hagas en el instante, pero hacelo. Tomate tu tiempo, espera que baje la rabia, el enojo, el dolor… y lo comentas luego. Otra cosa importante, en caso de que la persona responda de manera desubicada, es no seguir el juego. Decir que ya expresaste lo que pensás, y en todo caso en otro momento hablar en privado con la persona y explicar un poco más si es que realmente no entendió el problema.

…Y entenderlos

Creo firmemente que la base para hacer de este un mundo mejor es educar a las personas, enseñarles. Yo no nací feminista, fui aprendiendo a partir de mis vivencias y de escuchar a otras mujeres, por ende no pretendo que nadie nazca sabiendo sobre este ni otros temas.

Sin embargo, hay que entender los límites. No sirve de nada ponerse en una acalorada discusión sobre machismo con el abuelo de 80 años que fue criado así y probablemente no vaya a cambiar. Hay que entender que a veces la gente no quiere escuchar ni aprender ni replantearse cosas. Mucho menos en un momento festivo.

Por eso, no te enrosques: establece los límites para que respeten tu sentir aunque no lo entiendan, ya habrá tiempo de explicar mejor y saber, desde tu lado, que puede que esa persona jamás comprenda cuál es el problema.

Temas prohibidos

Obviamente no vamos a dejar pasar comentarios gordofóbicos, homófobos, racistas o machistas… pero hay otros temas que sí podemos dejar pasar.

Fútbol, religión y política partidaria son algunos buenos ejemplos de temas que podemos dejar fuera de la mesa o, al menos, no participar de las charlas que se generen si sabemos que no estamos de acuerdo con algunos miembros de nuestra familia. 

Es momento de disfrutar en familia, de pasar un lindo momento, y ninguna de estas cosas vale la pena una pelea en la mesa Navideña. 

Y vos, ¿cómo sobrevivís a los comentarios problemáticos en la mesa de Navidad?