¿De tacos o de pantuflas?

¿Trabajás para vivir o vivís para trabajar? Muchas veces la rutina nos envuelve en la locura diaria y no nos detenemos a pensar qué lugar ocupa en nuestras vidas. Por eso es que #RevistaFórmula te trae esta nueva columna de reflexiones sobre el mundo del trabajo, de la mano de nuestra amiga de la casa, Mónica Cornú.

Hoy: ¿Qué lugar ocupa el trabajo en tu vida?

En mis años trabajando en recursos humanos, docente y coach, tengo la suerte de poder escuchar y conocer muchas a personas, conocer sus relatos, historias, experiencias y sentires.

Y si hay algo se lleva muchas veces el protagonismo es el trabajo.

¿Por qué? Porque es un gran generador de la felicidad e infelicidad en nuestras vidas.

Estamos viviendo un momento de enorme cambio en el mundo del trabajo: presencialidad y no presencialidad, globalidad (podemos trabajar casi que para cualquier parte del mundo) el emprendedurismo, nuevas enfermedades como mobbing (acoso laboral) estrés laboral, ataques de pánico. Pero también nuevas tendencias como la inclusión, la importancia de la accesibilidad, la seguridad y el medio ambiente (sin entrar en el cambio tecnológico, las nuevas habilidades, la convivencia generacional, el liderazgo, etcétera, etcétera.) 

Y la pregunta es ¿somos más felices ahora que antes? ¿Hay que ser feliz en lo que se hace? 

¿Sentirse completX o realizadX, útil, exitosX, altruistX?

Lo que escucho e interpreto (sin ánimos de establecer una verdad) es que depende del sentido que les des al trabajo en tu vida, e incluso en momentos de tu vida. 

Hay quienes tenemos una vocación y quienes pasan la vida buscándola.

Hay quienes no pueden hacer lo que quisieran por mandato social o falta de recursos.

Quienes quieren ser sus propios jefes y quienes quieren que les digan qué hacer.

Gente en busca del éxito, gente que quiere cambiar y no sabe cómo, o gente que simplemente tiene que aceptar que eligió algo y hacerse cargo.

Hay quienes arriesgan y quienes buscan estabilidad, el que vive para trabajar y el que trabaja para vivir, quien quiere ponerse tacos y quien quiere trabajar en pantuflas… y podría seguir por horas haciendo un raconto.

Pero lo que sí he aprendido es que luego de intercambios, juicios y apreciaciones, al preguntar: ¿y vos que querés? Muchas veces viene el cri cri cri…

O cuando lo saben y decís: ¿qué te lo impide?… Viene otro cri cri cri 

¿Quién te dijo que no lo hagas? ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Muchas preguntas, pocas respuestas.

¿Qué está bien o mal? Nada, absolutamente nada.

Éxito, felicidad, fracaso… son también emociones, lo importante es cómo te sentís.

Lo importante es que en vez de mirar hacia afuera, mires un poco más hacia adentro.

Y te preguntes, ¿qué lugar quiero darle al trabajo en mi vida hoy? ¿Qué emociones me genera pensar en lo que hago? ¿Dónde estoy hoy y dónde en realidad quisiera estar? 

¿Reflexionamos un rato? 

Cariños,

Moni

Nota: Si te gusta cuestionarte y trabajar en tu mejor versión, te propongo una herramienta de coaching: la rueda de la vida, para que converses contigo y nos cuentes cómo te va.