“Tu media naranja”

Si hay un concepto que nos marcó generacionalmente, y, que condicionó la forma en la que nos relacionamos, es ese. Y hoy vengo hoy a recordarles que es un concepto completamente errado. 

Desde que somos chicas se nos enseña que tenemos que peinarnos, vestirnos, arreglarnos (otro concepto que odio, porque implica que venimos rotas de fábrica) e incluso depilarnos porque sino “nadie te va a querer así”. Ahora, ¿por qué alguien tendría que quererme sólo si cumplo con esos requisitos superficiales? ¿Lo importante no tendría que ser nuestro interior? ¿Por qué tenemos que asociar nuestro valor como personas a nuestra apariencia? 

Yo creo que todo ese verso ya fue. Quiero que cuando mis primas, sobrinas, amigas y desconocidas crezcan, se topen con un mundo que las valore por lo que son y por lo que aportan, por sus ideas, sus esperanzas, su imaginación. Jamás, jamás por sus exteriores. 

Ahora, volviendo al tema de la “media naranja”. Partimos de la base de que somos incompletas. Somos sólo una mitad sin esa persona que nos complemente. Pero, si esa persona nunca llega, ¿nos hace media persona? Perdón, pero que yo sepa, yo soy una persona entera, con o sin pareja. Una pareja agrega, aporta, complementa, no te completa.

A partir de hoy, somos una naranja entera. Ni media, ni cuarto, ni jugo con pulpa. Somos personas enteras, con o sin pareja. 

Ya fue eso de vivir por las expectativas románticas, vivamos por nosotras mismas. Busquemos eso que nos mueva y que nos apasione, que nos complete por dentro. Si llega el amor, que sea para acompañarnos, no para definirnos. 

¿Sabés qué? Vos sos tu media naranja. Sos la persona que tiene el poder de completarte, ese poder es tuyo y de nadie más. ¿Por qué? Porque si le damos a alguien más el poder de completarnos, también le estamos dando el poder de dividirnos. Y eso ya no va más.

Hoy quiero que te sientes, te mires y te recuerdes que sos tu propia persona, que estás completa y que no te hace falta nadie para ser. Sos una naranja entera. Una preciosa, jugosa y reluciente naranja con mucho jugo para dar.

Sos una naranja que vive para sí misma. Una naranja que se viste con lo que le hace feliz, más allá de lo que piensen o digan otras naranjas, total, ellas no te completan. Que otras naranjas nunca tengan el poder de pudrirte ni de secar tu jugo. 

Sos una naranja con su propia personalidad, su individualidad, sus gustos e intereses. Sos una naranja con un tamaño, color y textura únicas y, justamente, eso es lo que te hace tan perfectamente vos. 

Si en algún momento llega otra naranja, o banana, o frutilla, va a ser para complementarte; va a ser para ayudarte a encontrarte y acompañarte en esta dulce ensalada de frutas de la que somos parte. Pero, que nunca se te olvide, que acá tu media naranja sos vos.