Un ingrediente: Retinol

El retinol tiene fama de ser muchas cosas: aliado contra el acné, reductor de arrugas y básicamente el santo grial del skincare. También, uno de los ingredientes que genera más dudas: ¿es lo mismo retinol que retinoides? ¿Cuál debería usar? ¿En qué concentración? 

En esta pequeña guía te dejo una introducción al mundo del retinol con un pequeño disclaimer (muy común en mí): antes de empezar a usarlo, consulta a un profesional. Va a ser lo más efectivo y lo que te permita gastar menos dinero en tu camino por el cuidado de la piel. 

Retinoides y retinol no son lo mismo

Los retinoides son una gran familia de derivados de la vitamina A, entre los que está el retinol. El retinol es uno de los derivados que tiene menos efectos secundarios pero también de los que necesitan más tiempo para ver cambios en la piel: aproximadamente entre 4 y 6 meses hasta que notes que algo está cambiando en tu cara. Muchos de los productos que tienen retinol son de venta libre justamente por este motivo.

El retinol es muy efectivo para aumentar la renovación celular, estimular la producción de colágeno y reducir la apariencia de finas líneas y arrugas (además de prevenirlas). También es muy efectivo para prevenir los efectos del fotoenvejecimiento y mejorar la textura de la piel. Además, como tiene efecto antiinflamatorio puede usarse para tratar el acné y la hiperpigmentación producida por el mismo. Digamos que es maravilloso para la salud de la piel en general, en todas las pieles, edades y problemáticas.

Cómo elegir el retinol adecuado para vos

Lo ideal es consultar con un dermatólogo para que te prescriba el tipo de retinoide para vos, en cuanto a tipo, concentración y fórmula. 

En general se recomienda empezar con versiones de venta libre de retinol con una concentración de 0.25, que es una cantidad efectiva pero que va a evitar los efectos secundarios. Mientras más alta sea la concentración, más efectos secundarios verás pero también será efectivo en un menor plazo. Igual tené en cuenta que vas a precisar al menos 12 semanas para ver resultados y no tiene nada de malo empezar lento: que no veas cambios al instante no implica que no existan. 

Cómo usarlo

Como en todo tratamiento, lo importante es empezar con la piel limpia, y luego de aplicar el retinol como lo indica su envase, debemos hidratar la piel. Esto es fundamental porque el retinol a veces puede irritar la piel y la hidratación permitirá mantener la barrera sana. Cremas con ácido hialurónico o glicerina son excelentes opciones para acompañar al retinol.

Lo ideal es que empieces aplicando el retinol 2 a 3 veces por semana e ir incluyéndolo más días a medida que tu piel se va acostumbrando. Acordate de siempre aplicarlo por la noche y de usar protector solar durante el día. 

Otra cosa muy importante es la cantidad que debemos usar: generalmente se recomienda usar para todo el rostro el tamaño de una arveja: usar más no va a traer beneficios más rápido sino más resequedad e irritación. En todo caso, siempre seguí las instrucciones del envase o lo que te diga tu dermatólogo.

Por último, las noches que uses retinol en tu rostro no agregues otros ingredientes irritantes en tu rutina: nada de ácidos, peelings, exfoliantes, peróxido de benzoílo y vitamina C. 

¿Y el bakuchiol?

El bakuchiol está de moda y se ha erigido como el nuevo retinol. Es una buena opción para embarazadas y para aquellas personas con piel muy sensible, ya que funciona de manera similar al retinol en términos de renovación celular y estimulación del colágeno. También puede ayudar con algunos tipos de hiperpigmentación.

Sin embargo, el bakuchiol es un ingrediente relativamente nuevo y no tiene tantos estudios y pruebas encima como el retinol, por lo que si no tenés ningún problema lo mejor será utilizar retinol para asegurarte la eficacia probada.